viernes, 12 de marzo de 2010

La justicia de mano negra

Se cuenta que en los años treinta, recien terminada la revolucion mexicana, la zona de Poza Rica, bueno donde ahora se encuentra la ciudad, eran puros campamentos petroleros, alrededor de estos se iban formando poblaciones que en un futuro muy cercano se fundirian para fundar la ciudad de Poza Rica, un tren pasaba enmedio de estas poblaciones y los montes altos circundaban la region, pero la bonanza petrolera trajo algo mas que dinero, prosperidad y un nucleo poblacional, la bonanza trajo a los bandidos, bandas que asolaban la region, que dinamitaban las vias del tren para robar el dinero de la paga de los petroleros que extraian el oro negro para compañias establecidas en la region.


El peor de los bandoleros era el que llamaban "El Tejon", hombre cruel y despiadado que no habia quien lo enfrentara, se decia que habia enterrado vivo a mas de diez que habian osado retarlo, tambien se aseguraba que raptaba muchachas para abusar de ellas y luego venderlas a los rebeldes cristeros que se habian levantado contra el gobierno, la region estaba llena de temor ante este hombre que mas bien era un demonio.

Ocurrio que el gobierno decidio enviar a alguien a pacificar la region y el elgido fue un viejo Capitan de los famosos Dorados de Pancho Villa, su gesto era fiero, sus ojos negros e intensos, gastaba botas federicas y uniforme color beige, fumaba una pipa hecha con mazorca de maiz y bebia whisky, bourbon y coñac, montaba un hermosos alazan de crines negras al que enjaezaba con una bella silla charra que el mismo presumia que su General Villa le habia regalado y que responia al nombre de "bragado", en su mano derecha traia un guante oscuro y por eso le llamaban llanamente "Mano negra".

Este capitan llego a la zona con una soldadesca de cincuenta hombres, se alojo en el Hotel principal de la ciudad y despues de un par de dias de dedicarse a visitar la ciudad se presento en las oficinas de la empresa petrolera "El aguila", alli sento sus cuarteles generales ante la protesta de los ingleses que no se atrevieron a decirle que se marchara de alli.

En dias posteriores donde sus hombres armaron lios y francachelas al por mayor el Capitan mano negra pregunto al fin quien era el bandido mas peligroso y temido de la region y a sus oidos siempre llegaba el mote de "El Tejon",

Asi fue que despues de un par de semanas ordeno que sus tropas se presentaran ante el una mañana, no hubo nadie de los soldados que se atreviera a desobedecerle, los juerguistas detuvieron sus francachelas, los violentos dejaron sus peleas, los jugadores se retiraron de las mesas de poker y domino, los mujeriegos dejaron sus conquistas con el corazon roto.

Esa mañana los soldados uniformados, limpios y con sus armas a punto se formaron, Mano negra salio de su cuartel y se monto sobre "bragado", dando solo la orden de adelante se adentro en la selva que rodeaba la zona petrolera, por dias busco y atrapo bandidos, les preguntaba quien era el peor de ellos o quien era su jefe y todos contestaban sin dudarlo "El Tejon", despues de lo cual los colgaba sin miramientos en una zona donde habia arboles de mango plantados en fila y que actualmente es la calle Avalo de la ciudad, los pobladores que pasaban por ese camino se santiguaban cuando pasaban ante los cuerpos colgando de las matas de mango y suplicaban por que acabara el terror en la region.

Al principio "El Tejon" se molesto mucho por esta afrenta y decidio enviar gente a emboscar a mano negra, este los vencio una y otra vez en refiegas donde todo culminaba con algunos colgados mas en las matas de mango, "El Tejon" decidio mandar hombres a comprar a los soldados de mano negra pero eso fue un error mucho peor, estos soldados eran tan leales a su capitan que los torturaban salvajemente por el solo hecho de decirles que traicionaran a este y despues los entregaban para que los colgaran, en poco tiempo "El Tejon" se encontro huyendo y escondiendose en la region que antes fue su dominio, Mano negra ordeno vigilar caminos, poner controles en los puentes y las salidas del bandido estuvieron cerradas, desesperado busco la rendicion pero Mano negra le mando decir:

-"cualquier rendicion la decidira la cuerda bajo el mango, ya sea que yo lo cuelgue o que uste decida hacerlo por propia mano"

Fue entonces que una fria mañana los soldados cayeron de sorpresa en el campamento del "Tejon", este cayo en la emboscada herido en una pierna y fue llevado a punta de latigazos ante mano negra que sin miramiento le colgo en el mayor de los mangos y en el que no habia colgado aun a nadie ya que lo reservaba para el, dias despues de esto ordeno que se bajara el cuerpo del mismo y que su cabeza fuera cortada, despues hervida y la piel y carnes separadas, la tapa del craneo fue serruchada justo sobre los arcos de los ojos y luego lijada y barnizada, desde ese dia mano negra la utilizo a modo de Jicara para beber el coñac que tanto le gustaba.

Los demas bandidos de la region se aterrorizaban ante esto y se rendian por decenas ante mano negra que bebia su licor frente a ellos usando el craneo del Tejon.

la region se pacifico y en la actualidad aun se puede ver el arbol de mango donde mano negra colgo al Tejon, en las noches se dice que puede verse a un hombre balanceandose ahorcado con el viento y tambien hay quien afirma que los dos pedazos del craneo del bandido estan escondidos en algun lugar de la ciudad custodiando el tesoro que el Capitan arrebato al bandolero.

viernes, 5 de marzo de 2010

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cocinas modernas

Jack

Jack



La Tierra

La cabeza le dolía profundamente y no le había dejado dormir desde la última vez que estuvo en el “hervidero”, una maquina diseñada por algún sádico y que servía además para realizar viajes en el tiempo, no físicamente pero de conciencia, se levanto de la pequeña plancha flotante que servía de cama y se espabilo, el frio de la mañana le atenazo el cuerpo, a pesar de ello no se cubrió, le gustaba la sensación pues le hacía sentir vivo, pensó en la hora y la pantalla de visión libre se encendió en el interior de su ojo izquierdo indicándole la hora, esta pantalla solo la podía ver cada persona y estaba moderada por un chip insertado en uno de los oídos, gracias a ella podía interactuar con la cosmonet, y conectarse a cualquier lugar de la tierra y los planetas que pertenecían a la Republica a través de señales hiperespaciales, obtener las noticias desde cada uno de estos mundos, comunicarse con las personas que deseaba y accesar a bibliotecas y otras partes, también se podía conectar a las “redes negras” en las que podía comprar desde pornografía holográfica hasta “Katting”, una nueva droga basada en elevar el número de endorfinas en el cerebro humano gracias a estimulaciones eléctricas en partes del cerebro que podían provocar después de cierto periodo, espasmos musculares tan violentos que la columna vertebral se partía sin más…

Jonathan se miro al espejo del baño, sus ojos lucían unas profundas ojeras, la cabeza no había dejado de latirle y sin embargo deseaba regresar cuanto antes al “hervidero”, estaba ya muy cerca de la respuesta que buscaba, la ocasión anterior por un momento creyó que lo había atrapado, sin embargo se escabullía como una sombra entre las calles sórdidas y oscuras de Londres, estaba seguro que pronto lo atraparía y con ello conseguiría resolver los enigmas que había ido a descubrir.

Mientras se lavaba la cara pudo verse aun corriendo tras esa sombra entre las calles del Londres Victoriano, sus pies habían sido casi como alas, incluso casi logro alcanzarlo pero cuando su mano se estiro para jalar la gabardina color gris ese hoyanco le había hecho perder el equilibrio y había caído sobre un charco de agua, recordó que había quedado mirando el piso y el charco de agua que lanzaba mil reflejos de la luz de una lámpara de gas que iluminaba el barrio.

Jonathan levanto la cara y miro su rostro chorreando agua en el espejo, un flash le llego a la mente, recordó haber visto el rostro en el agua del charco que se recomponía, el rostro del hombre con el que había contactado en el pasado y cuya conciencia el ocupaba en ese momento, por unos segundos se sintió aturdido, su “cronogemelo” en esa ocasión era una figura histórica de ese periodo.

-diablos – se dijo mientras veía caer gotas que escurrían en su barbilla al lavabo, sus manos tomaron su rostro y sacudió la cabeza, sentía que el dolor se acentuaba un poco.

Salió del baño y se dispuso a vestirse, ese día debía descubrir de una vez por toda la identidad del hombre que perseguía, costara lo que costara.





Dos meses antes.

Jonathan Martínez, era miembro del Centro de Estudios Temporales con base en Marinos, el quinto planeta de Alpha Centauri y el más pequeño de los mundos habitados por los seres humanos desde que la colonización empezó hacia más de 3000 años fuera de los planetas del sistema solar, Marinos no estaba solo en el sistema al que pertenecía había dos mundos mas habitados, Geromia y Tenebra, en este ultimo había trabajado por años hasta hacia muy poco que había pedido el mismo su traslado, “por razones personales”.

Este día, 15 de Octubre de 5015 o el día 234 del año espacial 3523 se hallaba preparándose para volver a la tierra, los Guardias espaciales le habían solicitado su ayuda hacia apenas un par de meses a consecuencia de un par de crímenes que había habido en los alrededores de Nueva América, la ciudad principal y capital de la colonia de Marinos, uno de los mundos colonizados más recientemente por los habitantes de la tierra y el único hasta el momento que no había conseguido la autonomía que algunas de las otras colonias ya habían logrado al costo de sangrientas luchas de independencia, el planeta en si era del mismo tamaño del Marte solar pero por alguna razón su gravedad era exactamente igual a la de la tierra, contaba con una extraña luna color frambuesa que no era redonda sino muy parecida a una gran sandia en su forma, el cielo de Marinos era rojizo al anochecer y sus días de un color gris plomo sin nubes, a pesar de eso había una vegetación algo extraña a ojos terrestres, las plantas eran altas de troncos delgados y los follajes parecían desear tocar el cielo, la atmosfera era un aire sumamente puro al principio de la colonización, ahora la contaminación de los terrestres la habían acercado mucho a los estándares existentes en la ya deforestada tierra y seguía deteriorándose, Marinos era un mundo de recursos, no de turismo, había un suministro constante de metales de diversos tipos, algunos no conocidos por el hombre hasta el descubrimiento del planeta y que eran procesados en las fabricas instaladas a las afueras de las ciudades.

Fue en estos suburbios que algo cambio la precaria tranquilidad del planeta, cuatro crímenes se habían cometido en la penumbrosa área de Gálata en menos de seis meses, una zona dedicada a la prostitución a la manera antigua, ofreciendo los cuerpos de mujeres y hombres físicamente, sin que ningún dispositivo electrónico estuviera de por medio como se acostumbraba en los mundos “decentes”, estos dispositivos habían sido de gran ayuda para acabar con la gran mortandad de hacia un par de siglos, en que los viajes espaciales y las nuevas colonias habían creado nuevas enfermedades venéreas tan extrañas que ni los antibióticos más potentes habían logrado curarlas haciéndose necesario que el planeta Marte, primero de los planetas colonizados, en el sistema solar, centro antiguo de la Republica interespacial humana, fuera usado como planeta sanitario y poblado con los enfermos de estas enfermedades, esto llevo a la creación de una nueva raza de individuos que progresaron en base a las mutaciones que la enfermedad había hecho en sus cuerpos razón que había llevado a la primera guerra interplanetaria y al bombardeo masivo de Marte por parte de la Republica y a la esterilización total del mismo, esto llevo a la invención, por parte de un científico originario de una de las lunas de Saturno de usar un medio intermedio y esterilizado para las labores de diversión sexual, “los personajes holográficos duros”, una maquina que era capaz de usar la humedad del ambiente para condensarla y crear una imagen exacta del usuario de la otra máquina, o por lo menos lo suficientemente exacta ya que podía ser manipulada para que alguna parte de su cuerpo fuera exagerada o incluso alterar el rostro, esta máquina se conectaba a los centros nerviosos del usuario y a través de estos podía trasladar su conciencia y ver a través de los ojos del holograma duro, además las conexiones eran tan sofisticadas que podía obtener placer sexual de igual forma que el obtenido en una sesión normal, es decir con la manipulación de las áreas erógenas del cerebro que se comportaba como si estuviera viviendo una verdadera relación.

Jonathan Martínez había sido educado en Psiquiatría clásica, especializado en criminología clásica carrera que le había llevado dos años acabar gracias a que los conocimientos de libros del tema se insertaban en su cabeza mediante un chip-biblioteca, de tamaño no mayor al de un grano de arena y que podían contener imágenes, textos, entrevistas, experiencias y todo lo necesario para estudiar una carrera, solo las materias de laboratorio y de raciocinio como las matemáticas necesitaban de practica ya que se trataba de que razonara los libros que tenía en su cabeza; Jonathan había sido el mejor de su clase y el único con esa clase de estudios en el planeta Marinos lo cual le habían llevado ese día a ser requerido por los Guardias espaciales para que les ayudara en un caso desconcertante, cuatro prostitutas clásicas como les llamaban en la corporación a las mujeres que aun vendían en directo sus caricias sin el uso de los hologramas duros, habían sido halladas degolladas y sus cuerpos mutilados.

-esta es la razón por la que prefiero el Holosexo – dijo el Comandante Greg Kowalsky cuando le explicaba mediante proyecciones lo que había ocurrido en Gálata y refiriéndose al hecho de que si bien se obtenía placer en estos aparatos se había implementado un sistema de seguridad para evitar que se lastimara a alguno de los participantes.

Jonathan veía con interés las imágenes tridimensionales que le habían enviado a su pantalla de visión libre, a pesar de que solo él podía ver lo que tenía su pantalla, los movimientos de sus manos tomaban el objeto virtual y podían manipularlo, una de las ventajas que tenían estas imágenes holográficas sobre las viejas fotografías era que podía examinar todos los ángulos y hacer acercamientos a las áreas que le interesaran.

-dice usted comandante – comento Jonathan verificando la información que tenia– ¿que el asesino al parecer las contrato fuera de sus antros de trabajo?

-así debió ser Doctor Martínez – dijo Kowalsky – nadie las vio salir con un cliente, además según lo poco que recuerdan los testigos, salieron a la calle a fumar uno de esos horribles tabacos de Marinos, en nada parecido al tabaco terrestre.

-cuando salieron las abordo el asesino, ¿esa es su teoría?

-así es Doctor, imagino que les pareció que el dinero rápido y sin tener que darle su comisión a los lenones de los clubes donde trabajaban era lo mejor que les podía pasar en la noche, usted no sabe lo duros que pueden ser estos tipos.

-bien Comandante – dijo Martínez – tengo que ver la zona y los cuerpos y me refiero a verlos in situ, ya que algunas de las imágenes holográficas no pueden captar algunos aspectos como el ambiente, ya sabe usted, el sentir del momento, el carácter del barrio.

-si, lo entiendo Doctor, precisamente por eso he mandado una patruvol a buscarlo.

Al cabo de diez minutos en un vuelo que lo bajo desde el nivel ocho de la ciudad ubicado a ochocientos metros del suelo en una nave más parecida a un gran cubo que a una estilizada nave se encontró en los barrios bajos de la capital, pocas veces había visitado ese mundo “arcaico” desde su llegada a Marinos, desde el sitio donde había sido llevado podía admirar en perspectiva la capital, Nueva América, la cual era una especie de cono de mil metros de alto, cada cien metros había una plataforma que aumentaba su radio o lo disminuía a medida que bajaba o subía a los otros niveles.

El primer piso, en el que se encontraba actualmente Jonathan, era un circulo poblacional de diez mil metros de radio, en el se concentraba el mundo del hampa, los tugurios de mala muerte, las actividades clandestinas como las peleas de boxeo, las escuelas de artes marciales que se consideraban ilegales, los prostíbulos y las casas de los obreros de las fabricas que se encontraban fuera de los limites de Nueva América, el ambiente en tal área era sórdido, sus callejuelas sucias y las paredes pintadas con grafitis animados con mensajes electrónicos que cambiaban desde “muerte a los gobiernos” hasta “independencia para Marinos”, a pesar de ello los homicidios no eran muy frecuentes y mucho menos tan brutales.

Los niveles arriba de esta base se repartían cada cien metros e iban bajando en mil metros su radio hasta que el nivel más alto ocupaba solo mil metros, asimismo en los primero niveles de abajo a arriba vivían los obreros especializados o los sirvientes de las clases más altas, en los siguientes, los técnicos y médicos y así hasta llegar al último nivel donde vivía la cúpula, le creme de la creme.

Jonathan miro el área en que ya lo esperaba un grupo de agentes de los Guardias espaciales, Kowalsky se acerco a él en cuanto bajo de la patrovol, Jonathan lo observo con interés, el policía era un hombre alto y fornido de pelo rojo como el fuego y con una tez aceitunada, parecía ser muy nervioso a juzgar por sus movimientos en los que miraba constantemente a todas partes pero sus ojos grandes y grises denotaban que bajo esa fachada de aparente descuido había una voluntad de acero.

-bienvenido Doctor – le dijo a Martínez extendiéndole la mano – gracias por venir.

Durante media hora Jonathan se mantuvo verificando cada uno de los datos que le habían enviado o que él había anotado en su agenda, el lápiz electrónico (un eufemismo ya que esto era solo un movimiento que se activaba al mover un dedo, el pensamiento de Jonathan hacia la anotación correspondiente) aunque su mano moviera un imaginario lápiz que escribía en la libreta virtual.

Mientras volaba hacia la zona y ahora que estaba ya en el área había algo que chocaba a Jonathan, el crimen se le hacía familiar, busco entre sus recuerdos y recordó haber leído algo, su mente abrió entonces los archivos del chip de conocimientos, mientras buscaba se acentuaba aun mas esa pequeña corazonada que le indicaba que ya había visto algo así antes, aunque no podía haber sido en Marinos, tal vez en las lunas de Tarcion, el planeta violeta ubicado en las pléyades donde sus habitantes habían desarrollado una violencia bastante parecida a la de la tierra, en parte a que ellos habían hallado un mundo en estado salvaje y la colonización había sido muy dura.

-no es posible – se dijo en voz alta cuando en su mente cuadro cierta información que no esperaba encontrar, Kowalsky lo miro de reojo pero espero a que Jonathan decidiera decirle algo.

Jonathan se hinco y observo que el cuello estaba cortado, de acuerdo a su observación y a la profundidad del corte este había sido de derecha a izquierda, observo el vientre abierto de la víctima y también se percato de que faltaban los ovarios, estos habían sido extraídos.

-Comandante – dijo Jonathan aun perturbado – este “loco” es alguien con estudios clásicos.

-¿Por qué lo piensa? – pregunto Kowalsky mirando fijamente a Jonathan.

-este modus operandi – señalo a la víctima con manos temblorosas, pero en ese momento en su mente se formo una niebla que le hizo caer en una inmensa negrura y cayó al suelo sin decir más…



…media hora después en el hospital Jonathan abrió los ojos, Kowalsky le miraba con expresión seria.

-no sabíamos que era usted epiléptico –dijo el Comandante sin muestra alguna de compasión.

-se manifestó hace poco tiempo – dijo Jonathan tratando de ver en donde estaba– cuando llegue aquí hace unos seis de meses solares a los pocos días comenzaron los ataques epilepticos.

Kowalsky lo observo en silencio durante un momento y después se levanto, camino hacia la ventana que daba al cielo rojizo de la noche de Marinos y comento:

-bien, usted me dijo hace unas horas que el asesino tenia “estudios clásicos”, si… esas fueron sus palabras, me iba a comentar ¿Por qué pensaba eso?

Martínez se incorporo de la cama y trato de concentrar sus facultades dispersas.

-bien- dijo al fin después de un tenso silencio- creo que ha copiado el método de asesinar a estas mujeres de un criminal clásico.

Dejo que las palabras penetraran en Kowalsky, este le miro sin embargo sin demostrar sentimiento alguno por lo que Martínez prosiguió:

- el método utilizado es el mismo que Jack el destripador usaba en la Inglaterra victoriana hace más de tres mil años.

-¿tres mil años?, eso es mucho tiempo.

-no tantos si pensamos que en esa etapa, un período comprendido del siglo XIX al XXI se sentaron las bases de lo que somos actualmente, fue en esas épocas que los hombres se desprendieron de la tierra por primera vez y comenzaron a navegar por el espacio en esos trastos tan primitivos.

-algo he leído – Kowalsky no perdía tiempo ya conjeturaba alguna cosas – ¿que cree que debamos hacer?

-buscar algún erudito, alguien que estudie esas épocas, alguien que haya incluso visto alguna vez a este hombre realizando su trabajo.

-no me dirá que cree en los cronoviajes –dijo riendo un poco divertido Kowalsky.

-¿Por qué no? – Contesto Martínez- es una técnica muy interesante, dicen que la investigación arqueológica se ha visto muy beneficiada con la misma.

Kowalsky era un escéptico de todo eso que no sonara con la lógica materialista que le gustaba imprimir en sus investigaciones, los cronoviajes actuales se hacían mediante la teoría de que era imposible llevar de un lado a otro la materia, por la sencilla razón de que estábamos hechos con la misma materia que alguna vez ocupo otros cuerpos, por ejemplo, algunos de nuestros átomos podrían haber pertenecido a el sol, la luna o incluso otra persona en el pasado, si llegábamos al pasado de alguna manera, los átomos comenzarían a vibrar en la frecuencia que estos átomos tenían en ese entonces y se comenzarían a dispersar destruyendo a el viajero y muy probablemente al habitante de esa época cuyos átomos compartíamos, sin embargo un grupo de científicos habían encontrado la forma de construir una maquina que realizaba “cronoviajes”, así lo habían bautizado, simplemente enviaban la conciencia a la época elegida, esta conciencia encontraba un cuerpo que compartiera afinidad atómica con su cuerpo actual en al menos el 1% y se concentraba en ella provocando que el individuo del pasado hospedara a la conciencia del viajero, de acuerdo con las observaciones realizadas se podía mantener el control del individuo durante escasos veinte minutos, sin embargo eran las veces más que suficiente para conseguir información tremendamente importante.

-creo que eso es más apegado a la santería y a esas religiones metafísicas que se practicaban en esos tiempos – comento Kowalsky algo aburrido de la platica.

-aun así me gustaría probarlo, lo único decepcionante es que debo ir a la Tierra para hacerlo.

Kowalsky sonrió después de un rato y le dijo:

-bien, vaya usted, yo le acompañare en unos días.





Era así como había emprendido su viaje a la Tierra, a la que volvía por primera vez en diez años, nada parecía excesivamente cambiado, el cielo seguía ennegrecido por la contaminación solo se veían claras las zonas del mar, pero eso solo desde el espacio, si uno trataba de navegar se encontraría con materia muerta, los mares antes precursores de vida hacía mucho tiempo que estaban muertos, la vida ya no era posible en ellos y además era tanta la contaminación que estaba prohibido vivir a menos de diez kilómetros de los mismos, la tierra era un mundo muerto, pero era aun la capital de la Republica Humana, casi todo punto de suelo que se señalara en los mapas estaba cubierto de acero, hormigón y concreto, la abundante vida humana subsistía gracias a los impuestos en especie que pagaban las colonias aun fieles a esta gracias al poderío militar, sin embargo una serie de mundos ya se había independizado provocando escases en algunos productos, la verdad es que los tiempos futuros ya se veía venir el final de la tierra, en menos de un siglo esta se convertiría en un planeta arqueológico donde los habitantes de los demás planetas harían excursiones para averiguar cómo era la vida en la natal tierra.

En cuanto llego Jonathan había entablado contacto con un viejo amigo, Yevgeny Menshikov, un hombre rubio alto proveniente de la zona donde alguna vez estuvo Rusia, este era un gran bebedor de Voshi, una bebida parecida al Coñac pero que era producida en una de las lunas de Saturno, este hombre era investigador del Centro de Estudios del Tiempo que dependía de la Universidad Terráquea, y cuyo campus se ubicaba justo en lo que alguna vez fue Mendoza en Argentina.

Después de una conversación informal Jonathan le explico a grandes rasgos el motivo de su viaje:

-ven cuando quieras- le dijo Yevgeny – te ayudare.

Al día siguiente Jonathan se presento temprano con su amigo en el edificio que ocupaba el centro, este era una construcción piramidal recubierta con aluminio transparente, un material ya muy viejo pero que aun se usaba en obras de arte o arquitectura, sin embargo su descubrimiento en el siglo XXIII había sido vital para la exploración espacial.

-bien – dijo Yevgeny a Jonathan – ¿estás listo?

Jonathan se encontraba recostado dentro de una especie de sarcófago egipcio del mismo material transparente, los científicos le llamaban el “hervidero” y muy pronto iba a averiguar porque, este se encontraba sobre una base de metal color blanco, un par de antenas de nanotubos de carbono sobresalían de la cabeza del mismo.

-vamos a hacerlo – dijo Jonathan.

Si alguien de este tiempo hubiese visto a Yevgeny en el instante en que metía las contraseñas y manipulaba los controles diría que se trataba de un loco o de un hombre que tenia alucinaciones ya que sus manos manipulaban algún teclado imaginario, pero la pantalla personal le presentaba algo totalmente real frente a el que ayudado por su propia mente le permitía meter ordenes y dar parámetros al servidor central gracias al microchip de su cabeza.

Dentro del “Hervidero” Jonathan sintió que una vibración extrañamente uniforme como si mil burbujas azotaran su cuerpo al mismo tiempo le cubrían, comenzó a sudar, sentía calor, mucho calor, sus ojos comenzaron a ver colores rojos y azules mezclados en figuras extrañas, fue en este momento que lo sintió, el ataque venia.

-no, ahora no – se dijo pero la cabeza le volaba hacia la oscuridad…



…lo primero que vio fue una pared de ladrillos muy viejos cubiertos de humedad, en las esquinas un moho verde comenzaba a formarse, la cabeza le dolía y se sentía invadido de un sopor, fue entonces que le pareció ver una sombra frente a él, camino un poco pero al llegar a la esquina no vio nada, o casi nada, en el suelo tirado estaba el cuerpo de una mujer, Jonathan se acerco y se dio cuenta de que estaba ante la primera víctima del destripador, la garganta cortada de izquierda a derecha, las entrañas seccionadas y la sangre cubriendo el suelo.

-estuve a punto- se dijo, volvió la cabeza de un lado a otro y escucho ruido de caballos que se retiraban del lugar, corrió hacia la calle donde los escucho, cuando alcanzo la bocacalle se percato de que se trataba de una pequeña callejuela oscura que servía de atajo entre dos vías principales.

Camino por esas calles oscuras, solo alguno que otro farol de luz de gas le señalaban el camino, un par de prostitutas le miraron con interés pero Jonathan siguió adelante, cuando pasaba por una luz le pareció que un hombre de aspecto de marinero le miraba fijamente, tal vez conocía a su “cronogemelo” como llamaban en la jerga al cuerpo que contenía su conciencia durante el viaje al pasado.

Trato de dejarlo de lado y llego a la calle principal, la cabeza le dolía aun mas, le latía con fuerza, miro su rostro en una vitrina que anunciaba una serie de vestidos para mujer, el bigotin se vería perfectamente recortado, la cabeza cubierta con un bombín de aspecto fino de color gris oscuro, el traje del mismo color, en verdad que estaba muy elegante para el sitio donde se hallaba, tal vez su “cronogemelo” buscaba algo de diversión sexual.

Fue en ese instante que sintió que la temperatura volvía a subir y que en sus venas se formaban burbujas que ebullian por todos lados, en un minuto después de caer de nuevo al vacio se encontró dentro del “sarcófago”.

-bien – dijo Yevgeny – espero que hallas tenido un buen viaje.

Jonathan se levanto y miro a Yevgeny, se sentía cansado y bastante sudoroso, su cabeza había dejado de latirle, no parecía sufrir ninguno de los efectos que sentía después de un ataque de epilepsia, por el contrario solo la sensación de estar en agua hirviente durante el viaje era lo único que le molestaba.

-necesito volver de nuevo – le dijo acostándose de nuevo – ahora te digo la fecha.

-hey, hey amigo – levanto las manos el ruso – no puedes hacerlo, no es recomendable hacer mas de un viaje por semana como mínimo y cada dos semanas recomendado.

Jonathan no pudo convencer al ruso de que lo volviera a enviar, la única concesión que saco de este es que lo intentarían de nuevo al cabo de dos semanas, así que decidió aprovechar el tiempo estudiando lo que pudiera hallar del caso del destripador, necesitaba ver los lugares reales, aunque ya no fueran los mismos o estuvieran enterrados bajo las nuevas construcciones.

Así fue como conoció a Loretta, una hermosa bibliotecaria de cabellos negros, piel nacarada y ojos azul piscina que lo atendió en su visita a descargar información sobre el caso en la Biblioteca Terráquea ubicada en lo alguna vez fue Picadilly circus en Londres. Ella se sintió atraída automáticamente por Jonathan, salieron a comer y él se atrevió a comentarle la misión que traía entre manos.

-¿Jack el destripador?, ¿un asesino de hace tres mil años?...¿cronoviajes?... guau, eso ha de ser emocionante.

Jonathan evito contarle lo que había ocurrido durante el “cronoviaje”, a pesar de sus negativas ella le había insistido tanto que había querido acompañarle al Centro en el segundo “cronoviaje”, tomaron el supertren y cruzaron bajo el mar, a pesar de las grandes ventanas y del tubo de aluminio transparente no se veía nada interesante en la media hora que duro solo toneladas de agua muerta, sin vida.

Ya en el centro Yevgeny se sintió alegre al conocer a la bella Loretta.

-creo que es mejor que Marianne – le dijo – eres un suertudo amigo.

Jonathan se sintió lleno de amargura de repente.

-si,… Marianne – contesto y se dirigió a donde estaba el sarcófago del hervidero, se preguntaba en donde estaría ella.

Loretta le miraba sonriente desde la sala donde Yevgeny ya preparaba su viaje, subió al sarcófago y comenzó el proceso, de nuevo ese sonido y la sensación de estar rodeado de burbujas, los colores sicodélicos que formaban figuras y entonces la cabeza le comenzó a doler y presintió que de nuevo venia.

-no, otra vez no – se dijo, desde la anterior ocasión ni siquiera había pensado en la epilepsia.





Habían pasado quince días desde que había subido al “hervidero” por segunda vez, salió del baño y Loretta le sonrió desde la cama, a pesar de los cuidados y la medicina el dolor de cabeza era constante, a veces más bajo a veces más arriba.

-te tengo una sorpresa amor – le dijo Loretta.

Después de salir de la sesión en el “hervidero” y cuando él le conto lo de la figura histórica que había visto habían buscado datos sobre el pero ninguna de las imágenes era lo suficientemente semejante a sus recuerdos, fue entonces que Loretta le había llevado con un amigo que era dibujante, al viejo estilo con cuadernos y lápices reales que el mismo fabricaba y que también vendía en los museos.

-bien – le dijo Loretta – describe tu recuerdo.

En cuanto tuvo el retrato Loretta había alimentado al servidor con este y lo había dejado trabajando, mientras tanto le había convencido de que fueran a descansar unos días al balneario de moda, el ubicado en Europa, una de las lunas de Júpiter, a pesar de la diversión el dolor no había amainado, la noche anterior habían llegado y en la mañana Loretta había reconectado su pantalla personal y revisado sus mensajes donde encontró la concordancia, ordeno que el mensaje se imprimiera en una hoja virtual, esta era una especie de papel de un material muy flexible que podían llevar en la bolsa y que al desdoblarse se veía la información solicitada, en ella el retrato dibujado se veía junto a una pintura que revelaba el indudable parecido.

-es el – se emociono al verlo y leyó en letras bajas – dios mío, uno de mis “cronogemelos” es el príncipe Albert, el heredero a la corona, el hijo de la reina Victoria.

Loretta le quito el papel y lo beso con pasión.

-es una lástima, esperaba que fueras Marco Antonio y yo Cleopatra.

Después de un apasionado rato de amor Jonathan desdoblo el papel, Loretta dormía de nuevo en la cama así que aprovecho para ver la información, su “cronogemelo” del viaje anterior era también alguien conocido en la sociedad Victoriana, un Medico relacionado con los altos círculos del poder de esa época.

-dios - dijo entonces – estos hombres fueron sospechosos de ser Jack “el destripador”, pero eran testigos en realidad.

En su mente comenzó a vislumbrar algo terrible, esas personas habían preferido levantar las sospechas de Scotland Yard que revelar la verdadera identidad del monstruo, solo así se explicaba que hubieran presenciado y callado los crímenes que testificaron, entonces cuando el entro a su conciencia estaban contemplando la obra del loco y fue cuando el pudo perseguirlo en las sórdidas callejuelas del Londres Victoriano.

De nuevo, durante los “cronoviajes” había ocurrido lo mismo, la cabeza que le estallaba, la conciencia que llegaba de pronto cuando el crimen ya había sido cometido, la sombra que escapaba por las calles, cuatro de los cinco crímenes de Jack el destripador y cuatro testigos diferentes, cada uno alguna vez sospechoso de los mismos.

Fue al final del último cronoviaje al regresar del mismo que vio a Kowalsky en la misma zona donde Loretta y Yevgeny observaban todo.

-tu amiga me conto lo que has descubierto, - comento Kowalsky mientras meneaba el café con una cucharilla anaranjada - me dijo que piensas que Jack es alguien muy poderoso.

Jonathan medito su respuesta y al fin dijo:

-solo así se explica que mis “cronogemelos” hallan soportado en silencio las acusaciones.

-lo que dices entra dentro de lo aterrador – contesto Kowalsky mirándolo fijamente, tratando de comprender lo dicho por Martinez - ¿Quién podría aterrar al heredero al trono?





En el departamento que Kowalsky había rentado había una serie de carpetas con impresiones de imágenes de los diversos crímenes del destripador, había llevado a Jonathan allí para que viera la información que tenia.

-esta vez te vas a conectar con el último crimen – dijo Kowalsky seriamente mientras hojeaba un expediente– recuerda, es nuestra única oportunidad de que obtengas la información que deseas.

Jonathan le miro con curiosidad y pregunto:

-que ha ocurrido en Marinos, ¿hay más muertes?

-no ha habido aun – fue la respuesta de Kowalsky – por cierto, pensé que extrañabas Marinos así que te he traído una buena dosis de …

La cabeza comenzó a dolerle, Jonathan no escuchaba lo que le decía Kowalsky, rápidamente se sumió en la oscuridad.





No sabía cuánto tiempo había pasado, el sarcófago se abrió indicando que el cronoviaje había terminado, lo había visto al fin, había sido testigo de lo ocurrido, el ultimo y más sangriento crimen de Jack el destripador en el cuarto que la victima alquilaba, las puñaladas que caían una tras otra, los cortes casi quirúrgicos y frente a el destripador un espejo que señalaba la realidad, era un criminal común, un hombre que había sido también sospechoso desde el principio y que había visto la figura cubierta de sangre en ese espejo, pero no eran los ojos del criminal, eran los suyos…

-lo has visto – dijo Kowalsky saliendo desde el cuarto contrario, Jonathan se tomo el rostro espantado, volvió el rostro hacia la zona donde deberían estar Yevgeny y Loretta pero solo el ruso estaba allí y le miraba aterrado.

Volvió la cabeza hacia Kowalsky que le miraba fijamente, en su mano una pistola de laser, lista para disparar.

-tu- dijo Jonathan – tú eras la sombra que corría en las calles, el tipo que escapaba.

- así es – dijo Kowalsky – te seguí en el viaje a la Tierra, desde que comenzó todo esto en Marinos ya había pensado en que tu ayuda era… indispensable…

-tu eres el destripador – le acuso Jonathan, se levanto y busco a donde correr.

- en serio – contesto Kowalsky – piensa Jonathan, piensa.

Jonathan recordó cada crimen que había presenciado, cada lugar, cada visión de una mujer destazada, y finalmente los reflejos de los rostros de cada sospechoso, recordó lo dicho por Yevgeny, veinte minutos que serian su voluntad, recordó que había tenido cuatro ataques en Marinos y de nuevo los reflejos, todos los rostros se presentaron, reflejos, reflejos…

-dios no- Jonathan cayo arrodillado al suelo, cada reflejo representaba a los sospechosos, sus “cronogemelos” – no es posible…

-así es Jonathan – dijo secamente Kowalsky – Jack eres tu.

- nooo, nooo – Jonathan estaba asustado – Loretta, ¿donde está Loretta?

Kowalsky emitió una representación que se conecto con la pantalla de Jonathan, la imagen holográfica mostraba el cuarto donde dormían, el cuerpo de Loretta estaba sobre la cama, el cuello cortado de izquierda a derecha, su cuerpo abierto y cubierto de sangre…

-nooooooooo – grito Jonathan enloquecido.







Yevgeny miraba tristemente a Jonathan mientras era conducido a la patruvol.

-como supo que él era el destripador, detective.

Kowalsky lo miro y contesto.

-en realidad el me dio la pauta, me dijo que buscara un erudito y no cabe duda que él lo era, llego a Marinos escapando de los recuerdos de un abandono de su novia, por lo que se lo dejo por otro, después de que llego a Marinos tuvo cuatro ataques epilépticos según constaba en su archivo, yo fui testigo de uno en Marinos y le puedo asegurar que no era epilepsia, sus instintos asesinos afloraban, me ataco y trato de quitarme la pistola, por suerte pude aturdirlo y mientras esperaba que despertara leí su expediente médico, sus cuatro ataques coincidían con las fechas de los crímenes, por otra parte había algo que detonaba su ira.

Kowalsky saco un pequeño tubo de color crema, un pequeño botón de color negro sobresalía.

-esto es un dispensador de “Katting”, las descargas eléctricas producían endorfinas pero al parecer los que colocaron el chip eran amateurs y lo colocaron en un área que elevaba sus instintos asesinos y que estaba relacionada con la epilepsia de allí el mal diagnostico.

-Dios que lastima- contesto Yevgeny.

Kowalsky observo que Jonathan los miraba desde el patrovol, pero sus ojos no eran los del Jonathan arrepentido que conocía y había visto, eran los ojos de un depredador…

…Los ojos de Jack.







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