Actualmente es una costumbre extendida a todo lo largo y
ancho del mundo el celebrar el cumpleaños de niños y adultos con un gran
pastel, este puede ser de chocolate, tres leches, de frutas, de merengue, de
zanahoria, de queso, etc., etc., existen miles de combinaciones posibles y
sabores de toda índole.
Pero… alguien se ha puesto a pensar como comenzó esta
hermosa manera de convivir, hay varias explicaciones, sin embargo pienso que la
que da Herodoto de Halicarnaso en “Los nueve libros de la Historia” es la más
adecuada.
Se cuenta que el rey de Samos, un sabio llamado Policrates solicito
a la tribu de los Samnios un tributo de 500 niños que serian castrados para volverlos
eunucos y venderlos a los persas, a cambio de darles asilo en su isla, los
samnios aceptaron pero he aquí que le dijeron a Policrates que sus dioses exigían
que celebraran grandes fiestas en el día que nacieron los niños, Policrates
acepto pero les dijo que debían concentrar a los niños en unos edificios
destinados a prepararlos para que los Persas se los llevaran y que si deseaban
celebrarles seria en ese lugar, además de que el, Policrates, no les daría nada
de comer mientras estuvieran allí, con esto trato de forzar a los samnios a que
se apresuraran.
Al día siguiente los samnios se presentaron en el edificio
donde estaban los niños y durante la fiesta de cumpleaños de uno de ellos les
entregaron a cada niño panes bañados con miel que estos ingirieron, al terminar
la tarde Policrates se presento para indicar que al día siguiente se irían los
niños rumbo a Persia pero los samnios le indicaron que al día siguiente cumplía
años otro de los niños, esto molesto a Policrates pero los samnios le dijeron
que caerían grandes maldiciones sobre el si dejaba ir a los niños sin la
respectiva fiesta a los dioses.
Así que permitió esta fiesta, al terminar de nuevo se
presento y los samnios le indicaron nuevamente de un cumpleaños infantil, Policrates
siguió permitiendo esto pero a condición de que el no daría nada de comer a los
niños, los samnios día con día en cada fiesta repartían pan bañado con miel.
Después del centésimo niño cumpleañero que se celebraba,
Policrates entre aburrido y divertido dio la libertad a estos niños que lejos
de enflacar durante su encierro parecía que habían subido grandemente de peso.
Por eso cuando celebremos el cumpleaños de uno de nuestros
niños, recordemos que hubo una ocasión en que esta celebración sirvió para
salvar de la esclavitud a los niños samnios.
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