jueves, 25 de febrero de 2010

La daga


Campeche, puerto ubicado en la peninsula de Yucatan, durante la epoca colonial fue gran salida hacia el mar de galeones españoles que llevaban el oro de las minas, palo de tinte, algodon y otras mercancias hacia el centro del imperio.



Fue en el año 1650 aproximadamente, un ladroncillo fue herido mortalmente por una daga al tratar de robar una bolsa de doblones de oro en la casa de un conocido comerciante, este al percatarse de que el ladroncillo pretendia escapar habia cortado el paso del mismo interponiendose entre el y la puerta de entrada, al tratar de correr habia arrojado una daga morisca que su familia conservaba desde tiempos de las guerras con los musulmanes que ocupaban la peninsula iberica, esta habia conseguido atravesarle en el vientre, aun asi el raterillo logro escapar de la casa con el arma aun incrustada, pronto la Ciudad estuvo alerta de que habia un ladron escapando, las recien construidas murallas que defendian la ciudad contra las incursiones piratas cerraron sus puertas pero el habil ladron consiguio salir ocultandose entre la paja de un campesino amigo suyo que salia de la ciudad rumbo a Champoton, salio por la salida sur dedicada a Santa Rosa y paso por el llamado barrio de San Roman donde vivian los obreros que construian la muralla y que al terminarse los trabajos habian decididio a quedarse alli, el ladronzuelo bajo frente a la iglesia de san roman, donde apenas unos años atras habia sido llevado un cristo que habian encontrado flotando en el mar, tal vez perteneciente a algun galeon que se habia hundido cerca del lugar, el ladronzuelo entro a la nave principal agonizante, al llegar al atrio logro por pura fuerza de voluntad extraerse el mismo la daga del vientre, era tal la sangre que manaba que pronto se sintio desfallecer, fue entonces que al ver la imagen del cristo sobre su cabeza tras del atrio que imploro su ayuda y que en caso de ser asi algun dia le traeria riquezas suficientes para que se terminara la construccion de la iglesia que estaba a medias y que en cuanto cumpliera su promesa cambiaria para siempre su vida al señor.



he aqui que una luz extraña surgio del cristo y lo ilumino, el ladronzuelo cayo desmayado en el piso y no supo mas de el.



al dia siguiente el sacerdote encargado de la iglesia de San roman encontro en el suelo del atrio una gran mancha de sangre pero de la victima que mano tan profuso charco de sangre no encontro huella, esta mancha de sangre fue lavada con lejia y tallada por escobas hechas de duros zacates campechanos y sin embargo el color rosaceo de la mancha no se pudo quitar, incluso cuando se cambiaron las baldosas este color manchaba de nuevo el piso.



mientras tanto en la ciudad amurallada no se hallo al ladroncillo, pero al pasar revista a los delincuentes comunes se encontro con que faltaba "Dieguito", un jovenzuelo oriundo de la Habana y que desde casi nacer habia llegado al puerto de Campeche a vivir con su madre que era oriunda de alli.





pasaron casi treinta años y la mancha rosacea no se habia logrado erradicar, eran los tiempos mas feroces de las incursiones piratas, lorencillo habia tomado dos veces la ciudad alrededor de la muralla, pero la parte protegida jamas fue hollada por pie invasor, fue en una calida mañana de Julio que un grupo de naves piratas fua avizorado por los fuertes de San Miguel y San Jose que al estar en colinas altas casi a la orilla protegian con sus cañones a Campeche, los disparos de aviso indicaron a los filibusteros que la incursion seria dificil, el capitan del mismo, un hombre a quien llamaban "el mulato" ordeno a sus embarcaciones retirarse con exepcion de su nave insignia, mientras esto ocurria las defensas de las murallas estaban a punto, los galeones que habian estado cargando sus riquezas tambien se prepararon para el ataque que seguramente vendria, pero al estar solos ante el enemigo con solo el mar de por medio dormian intranquilos al lado de sus arcabuces.



al caer la noche una lancha proveniente de la nave insignia logro sortear a los vigias de los fuertes gracias a la osuridad y a que en la propia nave parecia estar llevandose a cabo una gran fiesta, la lancha llego a la orilla de donde se apeo el unico hombre que venia en ella, llego a la zona de San Roman, el hombre oculto en una capa negra y con sombrero de tres picos adornado con plumas de aveztruz, al cinto un trabuco cargado y una espada con empuñadura de oro y diamantes, era el capitan de la nave, aquel pirata que habia hecho temblar al caribe y que solo nombraban como "el mulato".



El corsario camino en las desoladas callejuelas y llego a la iglesia de San Roman, aquella misma en la que el ladronzuelo habia dejado su huella, con paso firme llego ante la puerta y toco a la misma, el cura de la misma abrio y al reconocer a uno de los invasores se santiguo, el pirata entro a la nave principal donde un grupo de gente se encontraba escondida en espera del ataque corsario y se santiguaron al ver entrar al extraño ya que creyeron que la invasion habia comenzado pero he aqui que este se limito a ignorarles, camino con paso seguro hasta el altar y se arrodillo ante el cristo, el sacerdote y las personas que se hallaban alli miraban con asombro al corsario rezando en ese altar.



-señor - se oyo al fin la voz del pirata al levantarse, mirando al cristo - hoy estoy aqui para cumplir mi promesa.



metio su mano entre sus ropas y de ellas saco una daga morisca, la misma que habia apuñalado al raterillo pero que habia sido primorosamente trabajada en tierras de mas halla de los mares y a la cual se le habian incrustado rubies y diamantes, se habia cambiado la vieja empuñadura de madera y se habia sustituida por una de marfil con adornos de oro.



el pirata la coloco ante el cristo y sacudio sus hombros, la capa cayo al suelo y se quito en sombrero arrojandolo al suelo.



aquellos que lo habian conocido se sorprendieron pues ese que llamaban "el mulato" era el mismo Diego que habia salido del puerto aquella noche curado milagrosamente por la luz del cristo, y ahora habia regresado a cumplir su palabra, se dice que en cuanto todos se percataron de quien era una luz ilumino el atrio y la mancha hasta ahora imposible de limpiar fue borrada para siempre del suelo donde se encontraba.



La embarcacion zarpo al sia siguiente pues los piratas al darse cuenta de que su jefe no estaba y que faltaba una lancha pensaron que habia ido a realizar alguna mision de observacion y habia sido aprehendido asi que lo mejor era que se fueran antes de que las autoridades españolas vinieran por ellos.



los que fueron testigos nada dijeron asombrados del milagro y desde entonces en la iglesia se veia a un mulato que barria las afueras de la iglesia con una sotana y al que los sacerdotes solo llamaban su aprendiz cuando les preguntaban de su nombre, sin embargo lo mas notable fue que la iglesia consiguio de pronto una repentina abundancia, la iglesia fue terminada y el dinero alcanzaba para ayudar a aquellos que solicitaban su auxilio, hay quienes dicen que la daga de oro aun se encuentra en la iglesia, enterrada bajo el atrio donde el ladronzuelo consiguio su salvacion.

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